martes, 24 de noviembre de 2015

Recc.


Si buscas algo que aún no encuentras, quizá el canal sea el que no estás buscando, ¿lo has pensado? No cierres los ojos y mejor echa un vistazo a sitios donde no tenías claro buscar. Así, sin más.

viernes, 17 de julio de 2015

Libros

Un hombre viaja solo en el metro. Lee un libro de A. Mleczko, lo sé porque reconozco la portada, lo tengo, lo he leído tres veces y me sigue gustando. La primera vez que lo leí, recuerdo que era verano y estaba en Roma, justo en el Trastevere, comiendo en el restaurante de Alfredo alla Scrofa. Me había pedido, aún no sé por qué, algo que pensé me gustaría, era una especia de ostra gigante que ya no recuerdo cómo se llamaba, pero estaba empanada y con queso derretido sobre el caparazón; por lo que pensé podía gustarme, vamos, que me había dejado seducir por la imagen de la carta y en ese momento decidí que esa exquisitez debía probarla. Lo que no sabía es que su sabor me dejaría pocas ganas de ser un aventurero culinario, por lo que días después me mantuve con lo típico: pasta, pizzas y poca historia más. Ahí estaba y ahí mi libro, ahí estuve y era verano, uno muy duro con calores y gente y ruido y mucha Roma por ver. Estuvimos juntos casi dos semanas y para cuando nos hubimos terminado yo tenía que volver a casa. Un libro y su lector. Él era el protagonista.

Un hombre viaja solo en el metro. Lee un libro de A. Mleczko, lo sé porque reconozco la portada, lo tengo, lo he leído tres veces y me sigue gustando. La segunda vez que lo leí era invierno, recuerdo que no tenía coche y por casi un mes y medio estuve yendo al trabajo en metro, así que opté por el libro que ya me había acompañado una vez. Dejé que indicase el método para abordarlo, que él fuera el guía; no opuse resistencia, así que día a día nos compenetramos hasta entendernos del todo. Casi al final de sus páginas, me entregaron el coche y por poco el libro y yo nos separamos, pero no lo hice, ese invierno tendría que ser acompañado por el libro y sus incisiones. Me dejé rebanar por sus letras entonces, y supe que de ser necesario lo volvería a hacer. Dejaría que sus letras seductoras continuaran con su camelar.

Un hombre viaja solo en el metro. Lee un libro de A. Mleczko, lo sé porque reconozco la portada, lo tengo, lo he leído tres veces y me sigue gustando.

Los aviones sobrevuelan las costas de Tsingtao, llevamos tres semanas ocultándonos para no ser descubiertos, pero sabemos que es cuestión de tiempo que nos capturen. Hemos perdido a Robertson, la pierna se había infectado y la fiebre destrozado el ánimo. Ayer ha muerto. El capitán McCoy no pierde la esperanza de ser rescatado, insiste que debemos seguir hasta la zona abierta de la playa, donde los aliados del Extremo Oriente-Pacífico nos aguardan con refuerzos. Han pasado tres días desde que envió a Callagan. No ha vuelto. Creemos que fue alcanzado por alguna ráfaga de metralletas, o que quizá habrá sido presa de una mina oculta en el camino. Hoy ha salido un escuadrón dirigido por Brigton de la brigada "treintaitrés" a investigar el camino. Escuchamos cómo detonaban varias minas. Creemos que están muertos. McCoy se mantiene firme: cree que debemos seguir avanzando. Hemos perdido diez hombres y las provisiones escasean.

Un hombre viaja solo en el metro. Lee un libro de A. Mleczko, lo sé porque reconozco la portada, lo tengo, lo he leído tres veces y me sigue gustando.

jueves, 18 de junio de 2015

tic tac

Victor Dvnkel

Tras los ojos, la mirada y tras ella, otra vez los ojos, carne, fluidos que tras éstos más qué materia no habrá nada. Todo se degenera constantemente. Somos seres desechables, caducos. Estamos de paso y morimos día a día; nos deterioramos continuamente, poco a poco putrefactos somos. De más a menos. De nuevo a viejo. De nada a nada.

El reloj de arena entonces tira el último de los granos.

miércoles, 10 de junio de 2015

No hay más que apartados.

El apartado del libro era aproximadamente como una voz que intenta decir algo, solamente intentos. Cerré el libro y decidí ponerme con la carta que tenía pendiente. Más intentos.

Era temprano y no tenía planes, quise llamar a Julia, pero recordé que había salido de viaje y no volvería hasta la siguiente semana. Bueno, recuerdo que una vez un amigo me dijo que nunca se está solo si se tiene un cigarrillo. El humo en sus ilusiones marca lineas en el espacio de mi habitación, su aroma me trae recuerdos de una noche que estaba en Cabo Verde, sonaba la mima música que ahora escucho y ahí también fumaba en una mesa, el humo era similar al de ahora. Las similitudes. Nada se repite aunque tenga las mismas sustancias. Este cigarrillo es de clavo, tabaco y clavo, creo que es de Tailandia, ciudad como otras con sus similitudes que nunca se repiten.

Hace años que no hago un viaje y justo ahora estoy pensando que quizá ya sea hora. Eso. Venderé mis cosas y me iré sin vuelta... Bueno, mejor escribiré sobre alguien que se va de viaje sin regreso; ya toca hacerlo, en realidad no es que no viaje desde hace mucho, sino lo que pasa es que no escribo desde hace tiempo; además no escribo de gente que se va de viaje y no regresa, que se pierde, que se olvida, que se escapa de sí mismo. Y por lo visto ya toca. Escribiré algo, aunque sea con similitudes, pero que por matices sea otra cosa, como todo, como cada instante que no repite ninguno de sus galces.

Escribiré sobre eso. Qué va, igual y con la similitud me basta, con el hecho de no escribir pensando en escribir sobre algo que hace tiempo no escribo... Ya hablaremos.

jueves, 29 de enero de 2015

Mientras tanto no.

Cuando todo ésto termine y no haya nadie para documentarlo, entonces tendrá sentido lo que tanto hemos querido explicar: la nada. Mientras tanto no. Ahora solamente es un juego, un ejercicio de retórica, un acertijo indecifrable.

Pero lo que está claro, es que cuando todo acabe y solamente la nada esté ahí, ocupando todo, entonces será lo que hemos estado buscando, no antes y no después, justo cuando acabe esto que tanto nos aqueja y cuestiona.


domingo, 9 de noviembre de 2014

Más veces de las que piensas.

No te engañes, tarde o temprano vendrá la muerte y te pedirá cuentas, te preguntará por tus historias y no tendrás escapatoria, no podrás hacer trucos ni montar teatros, será inmisericorde contigo, te aplastará sin dudar. Entonces no habrá lugar para esconderte y no habrá frase hecha que sirva, ni pretexto, ni basura que pueda salvarte.

No te engañes, no sirve de nada, los infiernos ya están repletos. No hay mecanismos que valgan, no funciona el sistema de la farsa, tarde o temprano te alcanzará la muerte y claudicará tus pensamientos. Déjate de cuentos, cíñete a la historia, a tus hechos, porque más tarde será demasiado tarde y habrás muerto y todas tus justificaciones estarán enterradas y llenas de gusanos, y después nada, llenas de nada, de demasiada nada para que puedas saborearla. Nada serás, recuerda, nada eres ahora y no vale que te doblegues a tus mentiras si estarás muerto, sin aire, sin vida ni sol que te caliente. Serás polvo, menos que el polvo que pisas, y no servirá toda la torpeza de palabras con las que puedas ensalsarte ahora.

No te engañes más, ¿para qué?, que sentido tiene si eres la reminiscencia de la muerte, su pasillo final, el caer del último paso, el instante en que la manecilla del reloj marca las doce. No vale que aparentes, ya no, ahora ya lo sabes, muerto, no vale que finjas, ya hueles y mal, ya hiede lo que cuentas.

(Ahora escucha.)
_________________

Transpolando 2 situaciones [variación de foco].


El enfoque de la fotografía anterior enfoca una mesa de centro chapada en metales blandos. En el reflejo, una mujer aparece y al invertir la imagen de manera vertical el resultado es un gráfico que no corresponde a la identidad de la misma.


El resultado de una fotografía realizada utilizando como filtro un frasco de cristal con metanol, la imagen cambiando los colores por sus antagónicos, ofrece un estimulante aspecto si centramos la atención en el reflejo de luz.